• El alcalde de Morella guarda silencio ante las preguntas del PP por la nefasta gestión económica de un municipio de 2.475 habitantes. “Su legado es dramático”, señala Jesús Lecha, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Morella
• El concejal tilda de «escandaloso» que haya impagos cercanos al millón de euros que asfixian a proveedores y casi un millón de euros estén pendientes de cobro desde hace años. «La Generalitat Valenciana es la principal deudora y nadie hace nada»

El Ayuntamiento de Morella ha celebrado su último pleno sin dar explicación alguna por el agujero económico de 3,1 millones de euros que arrastran las cuentas municipales. El alcalde socialista, Rhamsés Ripollés, delfín de Ximo Puig, ha cerrado el mandato demostrando que hay facturas pendientes de pago anteriores anteriores a 2022 que siguen sin abonarse pero garantizando el cobro a menos de 30 días a las empresas que gestiona y dirige el hermano del Molt Honorable, como Comunicacions dels Ports.

Con solo 2.475 habitantes, Morella es el ejemplo de la quiebra económica e institucional de un partido que no ha dudado en saltarse la legalidad vigente -ha suspendido el pleno ordinario previsto para este mes- con el único objetivo de amordazar a la oposición del Partido Popular.

No obstante, Jesús Lecha, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Morella, ha exigido explicaciones al máximo responsable municipal «porque nadie en su sano juicio puede entender que un ayuntamiento que gobierna una población mínima arrastre este volumen de impagos que resulta absolutamente escandaloso». «Hay cerca de 2,3 millones de ingresos que no han llegado, principalmente de otras administraciones como la Generalitat Valenciana, pero aquí nadie hace nada».

Para Lecha, lo grave es que «son empresarios, pymes, comercios y autónomos los que cargan sobre sus hombros los impagos de la nefasta gestión socialista». «Son ellos los que tienen que asumir una deuda indebida provocada por una gestión económica incapaz y desastrosa». Por su parte, los vecinos deben pagar «a precio de capital» unos impuestos «que no se corresponden con los servicios prestados. Es más, en algunos casos se pagan tasas por recursos que no se facilitan».

Tal y como reflejan las cuentas, el agujero del último presupuesto se cifra en 3,1 millones de euros. «Han sido incapaces de gestionar el cobro de 917.721 euros, que se corresponden con derechos de ejercicios anteriores a 2022, y las facturas sin pagar, que se elevan a 912.761 euros». «Es la muestra más evidente de que el cambio es más necesario que nunca porque Morella se merece mucho más que el lastre de unas políticas incapaces de gestionar con eficacia, transparencia y responsabilidad el dinero de todos los vecinos».