Fernando de Rosa

06/04/2023. Efectivamente en la Comunitat existe una mayoría de ciudadanos que están desilusionados, cansados y hartos de la ineficacia del gobierno de Ximo Puig, y son cada vez más lo que buscan la alternativa en el Partido Popular y en su presidente Carlos Mazón.

El conglomerado de partidos que han gobernado durante estos ocho años ha dejado una herencia de desidia y desmoralización en la sociedad valenciana, que siempre se ha caracterizado por su dinamismo y carácter emprendedor.

Por eso es necesario que empiece de nuevo la ilusión y se deje atrás la decadencia de un gobierno que no da más de sí, y que lo único que ha cohesionado es a una casta que se ha acostumbrado a vivir en la moqueta y el coche oficial creando múltiples chiringuitos subvencionados con dinero público.

Es la hora del cambio y es la hora de las propuestas, no podemos seguir instalados en la política de los anuncios, ya que otros cuatro años más de falta de gestión sería la puntilla para nuestra Comunitat, que está bajando de forma estrepitosa en la estadística del bienestar, como acredita el hecho de que nos ha adelantado Andalucía en pujanza económica.

Carlos Mazón ha anunciado que quiere que los ciudadanos de Alicante, Castellón y Valencia empiecen a sonreír porque se va a dejar atrás que seamos la autonomía con mayor déficit y mayores impuestos, de mayor deuda y menos infraestructuras construidas, con el Consell más caro y la peor sanidad pública. Desde que Ximo Puig es presidente, la deuda de la Comunitat ha aumentado en 15.000 millones de euros, y los valencianos no hemos visto dónde se ha invertido para explicar ese aumento de nuestra deuda. Ya que incluso el tiempo de espera para la resolución y adjudicación de la Renta Valenciana de Inserción es de más de dos años, dejando a muchas familias sin ingresos con los que afrontar el aumento de los precios.

Es la hora de que haya una verdadera política social construyendo 10.000 viviendas de protección oficial frente a las construidas por Ximo Puig. Es la hora de una verdadera conciliación para las familias garantizando una educación gratuita para los niños de 0 a 3 años.

Deben eliminarse gastos superfluos y suntuarios en chiringuitos, nombramientos de altos cargos y compra de palacetes para disfrute de la “casta”, y emplear ese dinero en políticas sociales. No hay que olvidar que el Palacio de Correos de Valencia fue comprado utilizando el dinero presupuestado para la construcción de colegios, así se ha cambiado educación por canapés para el disfrute de la “casta” que nos gobierna.

Hay que estar esperanzados porque ya no volverá a ser un problema elegir la educación que se quiere para los hijos, máxime cuando las ayudas para material escolar ha dejado fuera a más de 250.000 alumnos en riesgo de pobreza, ya que han dejado fuera a todos los alumnos de secundaria y solo beneficia a una parte del alumnado de primaria. 

Hay que sonreír porque se van a bajar los impuestos, permitiendo que se desate el nudo que aprieta nuestros bolsillos, desaparecerá el impuesto de sucesiones y donaciones que angustia a muchos ciudadanos.

No podemos aceptar que la Comunitat Valenciana retroceda en la lucha contra la drogadicción, pasando de una inversión de 21 millones de euros en 2015 a solamente 14 millones con Ximo Puig, y que la demora para la primera cita en psiquiatría infantil es de seis meses, habiéndose incrementado desde 2016 a 2021 los casos de intento de suicidio un 277%.

Nuestra Comunitat está sedienta de soluciones, y los ciudadanos están hartos de la pretensión de Ximo Puig de politizarlo todo con políticas sectarias, de ideología no se crece sino que se retrocede. Por eso es necesario que se pase página y se vuelva a la política de las propuestas y es este el momento de pensar en el futuro. Nunca una sociedad ha estado tan necesitada de esperanza.