A estas alturas de la partida pocos dudarán de la ingobernabilidad de este país; hasta Yolanda Díaz (La Yoli) no pudo por menos que verbalizarlo: “Así es muy difícil gobernar”- dijo. Lo que no sé es si su candidez proviene de su evidente infantilismo intelectual o de los cantos de sirena que le susurra Narciso al oído. De tanto mirarse en el espejo, nuestro Presidente se cree tan listo como bello y su seguridad, la transmite como daño colateral a los que, como la reina de las peluquerías, jamás cotizaron a la Seguridad Social desde una empresa privada.
Al final, los dos saben que han vendido su alma al diablo independentista y a los pequeños demonios encapuchados. ¿Qué esperaban? La legislatura durará lo que quiera Puigdemont; pero mientras, todos los españoles sufriremos las cesiones de Sánchez a quien fue President de Cataluña y ahora sabe que es el Presidente ‘in pectore’ de un país que él no cree suyo.
Ante esta situación, resulta risible tener que escuchar chanzas sobre Joe Biden y su avanzada edad, mientras tenemos que padecer cada día la falta de criterio de un psicópata narcisista a quien le importa un bledo España y que mataría a su madre por un día más en el colchón de Moncloa. O la sodomía legislativa a la que le somete Puigdemont llega a extremos tan insoportables que conmine a la Comisión Europea a actuar, o seguiremos pagando los caprichos del clic de Famobil prófugo de la justicia, de los terroristas con escaño y de aquellos que un día representaron a la burguesía vasca y que hoy, al socaire del ‘todo vale’ se alían en las votaciones con aquellos que acabarán sustituyéndolos en la hegemonía euskaldun.
Y mientras, hablo con un amigo arquitecto (sí, gracias a Dios tengo muchos, a veces se recoge lo que se siembra) y me comenta que acaba de entregar 66 viviendas en Villajoyosa, todas vendidas sobre plano. Como algo conozco del sector y de la economía española en general, inmediatamente le pregunto por la nacionalidad de los ávidos compradores y me contesta: “mira Paco, el 50% han sido polacos, el 25% escandinavos y el resto de Países Bajos y de otras nacionalidades; españoles ni uno, aquí no hay un duro”. Así acabo. Reflexionen.
Paco González
Periodista
@pacogonza1972
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