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VAMOS A CONTAR MENTIRAS

por | May 1, 2022 | Opinión | 0 Comentarios

1 de mayo de 2022 – Fernando De Rosa

De niños había una canción que cantábamos cuando íbamos de a hacer alguna excursión, esta empezaba: “vamos a contar mentiras” y continuaba con distintas frases que relataban grandes y absurdas mentiras fáciles de descubrir.

Realmente en la política española tenemos a un gobierno que le gusta contar mentiras económicas y desde luego, estas son tan burdas que inmediatamente la realidad las descubre. Pero que Sánchez nos mienta es algo consustancial a su propia personalidad, pero lo más sorprendente es que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se haya convertido tan rápidamente a la secta de la mentira, en una materia de la que supuestamente es experta o así nos lo hizo creer durante su estancia en la sala de máquinas de la política económica de Bruselas.

La vicepresidenta no quiso decirnos la verdad a finales del año 2021 cuando todas las señales se pusieron a indicar que la economía española no reaccionaba tal como quería el gobierno. La inflación iba avisando que los precios iban subiendo de forma descontrolada y que iba a influir en la caída del consumo de los hogares españoles, como se ha certificado en los últimos días en los que, según el INE, el consumo se contrajo un 3.7% en el primer trimestre de este año.

La bajada del consumo ha provocado que la economía española solo crezca un 0.3%, dato que hay que poner en relación con la brutal caída producida en el 2º trimestre de 2020 consistente en un 17.7%. Estos datos han traído consigo que haya aumentado el paro en más de 70.000 y que se haya acelerado el cierre de empresas y bajas de autónomos.

Este panorama económico no tiene únicamente su origen en el repunte de la COVID, en su variante ómicron, a finales del 2021 y el comienzo del presente año, ni tampoco en la invasión de Ucrania, que ha golpeado de igual forma a las economías europeas, pero con unos resultados no tan preocupantes como en España, lo cual llevó a que la mala política económica española fue la estrella invitada en el debate entre Macron y Le Pen durante las pasadas presidenciales francesas.

Nuestra situación es directamente responsabilidad de la negación de la realidad del equipo económico del gobierno encabezado por Nadia Calviño, que se niega a bajar los impuestos para devolver a los españoles la cantidad que está cobrando el gobierno a través de los impuestos indirectos que graban al consumo.

Este gobierno al negar la realidad tiene que mentir para mantener su ficción económica e intentar que los ciudadanos creamos que no hay otra política económica posible. Mienten al decir que si se bajan los impuestos se reducirá el estado del bienestar, porque evidentemente podía ahorrarse adelgazándose la estructura clientelar del gobierno y las absurdas partidas de los ministerios más ideológicos.

Mienten cada vez que presentan ante la opinión pública la previsión de crecimiento de la economía para obtener el titular del día que va repitiendo los medios de comunicación adicta al régimen, previo pago de millonarias subvenciones.

También miente Calviño cuando tiene que comparecer para ir rebajando sus previsiones de forma periódica pero constante, ya que sus datos se convierten en insostenibles cuando tanto el Banco de España como entidades independientes van presentando las reales previsiones para la economía de España. Igualmente miente cuando se inventa mil excusas para justificar sus errores, lo cual es replicado por esos medios periodísticos con el mismo entusiasmo que alababan los datos económicos falsos. No hay más que recordar que Calviño en el Parlamento llegó a afirmar que la inflación en España era culpa de Putin, cuando la invasión de Ucrania no se produjo hasta el 24 de febrero y el año pasado se cerró con la inflación en un peligroso 6,5% y con el precio de la luz y de los combustibles disparados.

La política económica de Calviño es falsa y cada vez más a este gobierno se le está poniendo cara de Zapatero y su política económica de “brotes verdes”. Nunca negar la realidad es buen sistema pero el problema es cuando esta negación se convierte en mentira, ya que esta última lleva aparejada el estigma del engaño a sabiendas, y sobre todo, no aprobar medidas que eviten mayores perjuicios a los ciudadanos.

La última mentira de este gobierno es que el apoyo de Bildu a sus medidas económicas ha sido para dar estabilidad a la economía, cuando todos sabemos que el pago a este partido filoetarra ha sido abrirle la puerta en la comisión de secretos oficiales y quién sabe si la cabeza de la ministra Robles.

La canción infantil “vamos a contar mentiras” se ha convertido en el himno oficial de este gobierno, pero el problema es que las mentiras tienen “las patas cortas” y siempre vuelven como boomerang contra el que las lanza, pero, sin duda, los paganos somos los ciudadanos y tendrá que venir el Partido Popular a resolver de nuevo el desastre de Calviño, como ya ocurrió con la política de Solbes y anteriormente de Solchaga. Esta es la única verdad de toda esta historia de mentiras.

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